La Educación Ambiental Integral: estrategias de enseñanzas para su implementación en el BOP N° 53 de San Vicente, Misiones

Por: Fabián Batista Dos Santos [I], Ramona Soledad Correa Melnichuk [II] y Juliana Romina Piris [III]

Resumen

En este artículo nos proponemos evidenciar, describir y analizar las principales estrategias de enseñanza utilizadas para el abordaje de la educación ambiental, en el Bachillerato Orientado Provincial (BOP) Nº53 ubicado en San Vicente, provincia de Misiones. Para el respectivo análisis, se consideran las particularidades y discusiones de documentos y normativas que aportan otra mirada al quehacer de lo ambiental, a partir de la implementación de la perspectiva integral en todos los establecimientos educativos.

La mencionada institución, con orientación en Agro y Ambiente para la educación secundaria, presenta en su diseño curricular jurisdiccional, fuertes componentes ambientales asignados a la estructura de las diferentes asignaturas, de allí el interés en el análisis de las estrategias implementadas, a fin de visibilizar las posibilidades de abordaje de lo ambiental en el establecimiento, que despierta diversas tensiones evidentes al pensar y proponer las estrategias de trabajo desde los fundamentos epistemológicos y metodológicos de la Educación Ambiental Integral (EAI).

Palabras claves: ambiente, estrategias, enseñanza, integralidad, educativo.

Introducción

La cuestión ambiental ha cobrado mayor relevancia a mediados del siglo XX por “una generalizada y creciente preocupación por los graves deterioros ambientales que se producen en el mundo, a escala local, regional y global” (Bachmann, 2008, p. 1). Este contexto preocupante ha llevado a repensarnos como actores sociales responsables desde nuestra particularidad y desde lo colectivo de tales situaciones problemáticas, y principalmente, considerando las oportunidades que se ofrecen desde el ámbito educativo como espacio de promoción y construcción de otras alternativas posibles para relacionarnos y habitar el medio.

Serrano, N. (2022). Aridez. Recuperado de @nicolook19

En Argentina, la inclusión de lo ambiental en la educación formal adquiere diferentes connotaciones acordes a configuraciones definidas desde la política pública como herramienta de transformación (Condenanza, 2014). No obstante, no siempre tales configuraciones han buscado responder a las demandas socioambientales y comunitarias desde lo local, considerando las realidades más próximas, sino que en determinadas circunstancias respondió a parámetros externos, que fueron pensados y diseñados por “expertos” muy alejados a la realidad del territorio nacional. El inicio del reconocimiento e institucionalización de la educación ambiental (EA) para la currícula educativa, da sus primeros pasos a principios de los ochenta cuando el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación, mediante la Resolución N° 268/82 de la Secretaría de Educación, plantea la necesidad de incluir a la EA dentro de la currícula educativa (Tello y Pardo, 1996).

Desde ese momento, han sucedido numerosos eventos, interesa para este trabajo, rescatar los acontecimientos más recientes que guardan una mayor relación con la perspectiva a la que alude este escrito. En este sentido, la Ley de Educación Nacional 26.206 (en adelante LEN) en su Artículo N° 89 impulsa el desarrollo de experiencias en educación ambiental y declara:

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, en acuerdo con el Consejo Federal  de Educación, dispondrá las medidas necesarias para proveer la educación ambiental en todos los niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional, con la finalidad de promover valores, comportamientos y actitudes que sean acordes con un ambiente equilibrado y la protección de la diversidad biológica; que propendan a la preservación de los recursos naturales y a su utilización sostenible y que mejoren la calidad de vida de la población. A tal efecto se definirán en dicho ámbito institucional, utilizando el mecanismo de coordinación que establece el artículo 15 de la Ley N° 25.675, las políticas y estrategias destinadas a incluir la educación ambiental en los contenidos curriculares comunes y núcleos de aprendizaje prioritario, así como a capacitar a los/as docentes en esta temática (2006, p. 18).

En su efecto, la provincia de Misiones ha sido una de las primeras en proponer e impulsar su normativa propia de EA, introduciendo al campo educativo la necesidad de revisar la currícula e ir proponiendo abordajes de lo ambiental acorde a las realidades locales. Así, la Ley Provincial de Educación Ambiental, Ley XVI – Nº 80 (antes Ley 4182), sancionada en el año 2009, introdujo la responsabilidad ambiental en todos los niveles del sistema educativo provincial, logrando que cada institución realizara el esfuerzo de hacer efectivo dicho abordaje. Con la sanción de la Ley Nacional de Educación Ambiental Integral Nº 27.621 en 2021 se impulsa e instala otra impronta de EA, que promueve una mirada más holística y trasciende a varias dimensiones de la llamada relación humano-naturaleza.

En este sentido, se inician procesos de revisión, análisis y construcción de otros “nuevos” frentes para el trabajo de lo ambiental. Se origina el Documento Marco para la Implementación de la Educación Ambiental Integral desde el Ministerio de Educación de la Nación, y desde allí se construye la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI), a la vez que en Misiones se debate la Estrategia Provincial de Educación Ambiental (EPEA).

Estos acontecimientos han reconceptualizado y reconstruido el camino de la EA, a fin de hacer visibles otras dimensiones de lo humano anteriormente omitidas y que son de vital importancia en el abordaje de la cuestión ambiental. Teniendo en cuenta estas aproximaciones y mediante la revisión de documentaciones, identificación y observación de experiencias educativas ambientales, conversaciones personales con docentes y la realización de encuestas para recabar datos, se logró identificar diferentes procesos de implementación de EA, en los cuales se gestan diversas estrategias de enseñanzas para el abordaje de lo ambiental en el BOP Nº 53. Dicha institución secundaria se sustenta en las bases del Diseño Curricular Jurisdiccional de la Modalidad de Educación Secundaria Orientada (art. 17, LEN; Res. CFE N° 84/09), bajo la denominada Orientación Agro y Ambiente (Res. MCECyT N° 048/13), que describe los propósitos, contenidos y saberes cargados de significaciones explícitas y no explícitas acerca de la educación ambiental con relación a la contextualización agropecuaria que toman estas instituciones educativas. 

La educación ambiental y la educación ambiental integral

El concepto de EA, así como el de ambiente, ha tenido diferentes significados en el transcurrir del tiempo desde que “se reconoció oficialmente por primera vez en diversos foros a nivel mundial en la década de 1970” (Bachmann, 2008, p. 2). Puede decirse que, en sus inicios originalmente desde las Ciencias Naturales y en particular de la Ecología, les impregnó connotaciones específicas a este campo, que hasta hoy siguen más o menos vigentes. Como señala la autora “a lo largo del siglo XX, otros campos de conocimiento como la Geografía, el Urbanismo y la Antropología, entre otros, le asignaron una variedad de significados al concepto según cada disciplina” (p. 4). Así, sus significados no son más que el resultado de diferentes visiones, que introducen saberes, valores, normas, intereses y acciones, en los distintos contextos históricos.

Recientemente, al concepto de EA se suma lo “integral”, cobrando fuerza institucional a partir de la sanción de la Ley Nacional de Educación Ambiental Integral N°27.621 en el año 2021. Desde sus fundamentos, pretende complejizar la cuestión de la problemática ambiental como una crisis de carácter civilizatorio, considerando la significatividad social y política de este asunto de interés común, pretendiendo de una reflexión colectiva de los modos de habitar el mundo y vincularnos con la naturaleza (Leff, 2012, p. 16). Trasladar estas premisas e instalar en las aulas discusiones que provoquen los cambios esperados, tanto de perspectiva como de acción, consideramos el mayor de los desafíos para los agentes educativos.

Al respecto, la mencionada norma establece que:

el derecho a la educación ambiental integral como política pública nacional  para todos los niveles y modalidades educativas y define a la educación ambiental como “un proceso educativo permanente, con contenidos temáticos específicos y transversales, que tiene como propósito general la formación de una conciencia ambiental, a la que articulan e impulsan procesos educativos integrales orientados a la construcción de una racionalidad, en la cual distintos conocimientos, saberes, valores y prácticas confluyen y aporten a la formación ciudadana y al ejercicio del derecho a un ambiente sano, digno y diverso. Se trata de un proceso que defiende la sustentabilidad como proyecto social, el desarrollo con justicia social, la distribución de la riqueza, preservación de la naturaleza, igualdad de género, protección de la salud, democracia participativa y respeto por la diversidad cultural. Busca el equilibrio entre diversas dimensiones como la social, la ecológica, la política y la económica, en el marco de una ética que promueve una nueva forma de habitar nuestra casa común (Ministerio de Educación, 2022, p. 8).

Considerando el marco legal, el artículo N° 41 de la Constitución Nacional considera al ambiente como un espacio de derecho y responsabilidad compartida, de las presentes y futuras generaciones. Hace lo propio la Ley Nacional N° 25.675 General del Ambiente, que establece los presupuestos mínimos para el logro de una gestión sustentable y adecuada del ambiente, la preservación y protección de la diversidad biológica y la implementación del desarrollo sostenible en Argentina. Sumando a esto, los marcos legales específicos, nacionales y provinciales, de educación ambiental mencionados anteriormente, consideramos a los entornos educativos como espacios de oportunidades de análisis, de aprendizajes y de formación en relación con el cuidado, preservación y responsabilidad en el habitar del ambiente y en el uso responsable y compartido de los bienes y servicios que este provee.

Los ejes de abordaje de la perspectiva integral de la EA dispuestos en la normativa de reciente aprobación, como se indicó más arriba, presuponen que las instituciones educativas no quedan exentas de las distintas visiones y perspectivas existentes de la EA, ya que la educación “es una institución de producción y reproducción social” (Gvirtz, Abregú y Grinberg, 2009, p. 16) de formas, miradas, valores y acciones que configuran una idea tanto de individuo como de sociedad.

Recientemente, la Resolución del Consejo Federal de Educación N° 455/23 establece las formas de inclusión de la perspectiva de la EAI para las propuestas curriculares. Además, reafirma el compromiso del Ministerio de Educación de formar equipos tecno-pedagógicos que trabajen desde la mencionada perspectiva. A tal fin, aprueba una serie de núcleos temáticos, para orientar el abordaje transversal y complejo del ambiente, y establece una jornada educativa anual a realizarse el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, en todo el territorio nacional y en todos los niveles educativos. En efecto, su artículo N°1 menciona:

Reafirmar la necesidad de incluir la perspectiva de la Educación Ambiental Integral (EAI) en las propuestas curriculares de todas las jurisdicciones; entendiendo que la misma surge de la necesidad de construir nuevos modos de leer la realidad para comprender la complejidad del ambiente y sus relaciones, comprometiéndose con la cuestión ambiental y el cuidado de la vida, lo que supone concebir lo ambiental como construcción social e histórica y en vínculo con la formación de una ciudadanía activa en el marco de los Derechos Humanos (Consejo Federal de Educación, 2023, p. 2).

El Documento Marco de Educación Ambiental Integral expone que: “La educación ambiental se constituye como una oportunidad pedagógica que abre la posibilidad de recrear los modos de hacer escuela y construir saberes en pos del cuidado y la sustentabilidad de la vida” (Ministerio de Educación, 2022, p. 5). A este principio se suman las acciones propuestas en la Estrategia Nacional de Educación Ambiental Integral (ENEAI), constituyendo un instrumento de diseño de políticas de EAI, que guíen las acciones de planificaciones jurisdiccionales. Por su parte, la Estrategia Provincial de Educación Ambiental (EPEA), en la provincia de Misiones, prioriza diferentes problemáticas existentes en el territorio, sostenidas como ejes temáticos, desde los cuales pensar e implementar la enseñanza de lo ambiental.

Por último, destacar las posibilidades pensadas como estrategias de enseñanza, en el material “EAI: Desafíos de la Educación Ambiental Integral en la escuela secundaria. Orientaciones para la enseñanza en clave ambiental” del Ministerio de Educación de la Nación del año 2023, que propone al estudio de caso, los proyectos de investigación, los proyectos integrados, los mapeos colectivos y el aprendizaje basado en proyectos (ABP), que, bajo la perspectiva integral, sus principios y ejes de trabajo, posibilitan oportunidades para una enseñanza situada y holística sobre las cuestiones ambientales emergentes de la realidad cercana, en este caso para el BOP 53.

Por su parte, el Diseño Curricular Jurisdiccional de la Orientación Agro y Ambiente propone como estrategias generales en el abordaje de lo ambiental, con relación a la cuestión de la realidad agraria local, proyectos de investigación o de intervención sociocomunitaria, foros, jornadas, visitas interinstitucionales, ferias, prácticas en otras instituciones o entidades, entre otras, que, articulados a partir de los cinco ejes[1] que propone el Documento Marco para la Educación Ambiental Integral, pueden originar interesantes procesos educativos tanto interna como externamente al ámbito del BOP N° 53.

Serrano, N. (2022). Aridez. Recuperado de @nicolook19

Puede notarse que ambos documentos sugieren instancias colectivas y favorecen el anclaje de diferentes aspectos de lo ambiental, al abordar tanto los contenidos específicos al campo de las ciencias agrarias para la orientación, así como aquellos que devienen de la perspectiva fundada en la ciudadanía ambiental. Este trabajo se sustenta en identificar, describir y analizar la existencia de tales estrategias u otras que ocurren en el espacio institucional, a fin de evidenciar los enfoques, corrientes y concepciones acerca de la EA que priman sobre ellas, según las características propias de la dinámica del escenario educativo como un complejo sistema de interacción y relación social.

Ciudadanía ambiental, en el contexto educativo del BOP N° 53

El Diseño Curricular Jurisdiccional (DCJ) de la orientación Agro y Ambiente plantea, entre sus propósitos, “formar sujetos responsables, que sean capaces de utilizar el conocimiento como herramienta para comprender y transformar constructivamente su entorno social, económico, ambiental, y cultural, y de situarse como participantes activos/as en un mundo en permanente cambio” (Ministerio de Cultura, Educación, Ciencia y Tecnología, Provincia de Misiones, 2013, p. 8). Esto evidencia la necesidad de repensar los espacios curriculares, repensar el cómo enseñar y cómo aprender, considerando el entorno educativo particular y ajustando las metodología y estrategias educativas.

El BOP N° 53 se emplaza en un entorno rural, que en consonancia con su orientación, la mayoría de los estudiantes que asisten son de esta zona de influencia. Esto implica, desde los espacios áulicos, generar situaciones que lleven a replantear las prácticas cotidianas, culturales y formas de realizar la producción agropecuaria. Repensar las intervenciones humanas en el medio, desde un enfoque tecnológico y productivo. Puede decirse que las actividades agroproductivas han estado al filo de las problemáticas ambientales por las causas de expansión de la frontera agrícola, monocultivo, deforestación, contaminación del suelo y fuentes de agua, uso excesivo de agroquímicos, pérdidas de tierras, trabajo infantil, entre un sinfín de acciones que podríamos nombrar. Considerando esto, es necesario un cambio de eje, un cambio de paradigma, un cambio de las formas de producción, que considere una relación sostenible en la intervención con los ecosistemas y agroecosistemas. En este sentido, resulta imperativo poner en valor a las instituciones educativas como sitios propicios para la construcción de una “ciudadanía ambiental” (Canciani y Telias, 2022), a través de la formación de ciudadanos comprometidos con el ambiente como un todo, del cual todos somos parte y responsables de su preservación.

En este sentido, la ciudadanía ambiental interpela a las personas y al Estado a asumir un rol diferente, para las primeras se presenta como una forma de participación y solidaridad intergeneracional y para el segundo, implica asumir lo ambiental como política de Estado y un hacer en pos del “cuidado de la casa común”. Así, la ciudadanía ambiental, requerirá tener en cuenta los contextos en los que se implementan o intentan ejercer los derechos, por ello no puede escindirse de las problemáticas ambientales, éstas requieren de la incorporación de una mirada holística, integral y sistémica capaz de dar cuenta de la complejidad de las inter-relaciones que se establecen entre los diferentes actores, lógicas y dinámicas, y de las particulares relaciones establecidas con el uso, provisión y acceso los recursos naturales (Echegoyemberry, 2016, p. 6).

Estrategias de implementación de la EA en el BOP N° 53

Como estrategias de o para la enseñanza puede entenderse a “la conjunción de métodos, actividades, técnicas y recursos que utiliza el docente […] y pueden orientarse hacia actividades individuales, grupales y colectivas” (Román-Machado, 2022, p. 72). O bien pueden ser concebidas como “los procedimientos flexibles y adaptativos empleados por el profesor y el alumno, a distintas circunstancias de enseñanza” (Díaz Barriga y Hernández Rojas, 2002, p. 2). Puede verse que ambas acepciones aluden a procesos que posibilitan la enseñanza y la mediación del aprendizaje, sucedida entre docente y estudiantes. Desde el punto de vista de Rebeca Anijovich et al. (2021) señalan que las estrategias de enseñanza son el conjunto de decisiones que toma el docente para orientar la enseñanza, en tanto, Cecilia Bixio (2006), bajo la noción de estrategias didácticas, las refiere como el conjunto de acciones que realiza el docente con intencionalidades pedagógicas explícitas o implícitas.

Estas aproximaciones teóricas permiten acercarnos a las posibles estrategias de enseñanza que utilizan las y los docentes del BOP N° 53, ya que refieren a decisiones, aluden a acciones para la enseñanza y conjugan un conjunto de elementos, actividades, recursos y técnicas, con procedimientos flexibles y adaptativos, orientados a las circunstancias o situaciones de enseñanza individuales o grupales. En este sentido, y atendiendo a la revisión de planificaciones docentes, sumado a las observaciones realizadas en diferentes instancias, las estrategias identificadas en la institución fueron: el dictado explicativo, la búsqueda de información, la investigación bibliográfica, solución de preguntas guías, la elaboración y enumeración de definiciones, trabajos prácticos, trabajos de lectoescritura, materiales audiovisuales, actividades en el patio escolar y debates.

Cabe señalar que en cada una de las situaciones observadas áulicas y extra-áulicas, las estrategias implementadas presentaron modos y formas particulares de ser empleadas e impactaron en la participación de los estudiantes, volviéndolos protagonistas y constituyéndolos en agentes activos en el proceso de construcción del saber. Así, en actividades interáreas que integraron varios de los cursos del BOP N° 53 pudo notarse, mediante los debates sucedidos, que las y los estudiantes a través de la resolución de preguntas guías han podido aportar interesantes elementos de sus realidades a la temática en estudio. Uno de los casos observados se enmarcó en la jornada de debatesobre el cambio climático (CC), con las consignas: ¿Cómo impacta el CC en nuestras actividades agropecuarias? ¿Cómo podrían repensarse las prácticas culturales en la actividad agrícola para contribuir a mitigar el CC? ¿Cuáles de las actividades locales se cree que generan más impacto?; Al respecto planteaban las y los estudiantes: “Todas las actividades generan impacto, porque todas dependen de mover un montón de cosas y en eso va mucha energía, se gasta en todo, y se liberan muchos gases del calentamiento de la atmósfera”; “ahora hay tormentas más fuertes, cambios de temperatura muy rápidos, y muchos insectos que los insecticidas no matan, todo eso creemos que es por el cambio climático y no permite que las plantas produzcan bien”.

Si se toman como referencia los ejes de la EAI, puede decirse que se hacen evidentes elementos de análisis de los ejes: “generar diálogos de saberes”, “analizar los problemas y conflictos ambientales” y “reconocer la complejidad del ambiente”, ya que integra en las respuestas diversos niveles de abstracción de contenidos que tienen que ver con el CC y sus efectos en el medio y la actividad humana consecuentemente.

Hasta puede inferirse que, como proceso, la integración y flexibilidad de las estrategias de enseñanza empleadas permitió no solo recuperar conocimientos, sino contextualizarlos y complejizarlos a razón de permitir ese ida y vuelta entre lo local y lo global. Por tanto, y considerando los propósitos de la EAI, se ve reflejado (aunque implícito) en la instancia observada, un proceso de enseñanza crítico, complejo, situado e interdisciplinario. Se lo sostiene como proceso implícito, porque al menos en la planificación docente y en las actividades no se hace evidente la perspectiva “integral” para la enseñanza de lo ambiental. Los señalamientos allí presentes rescatan o presentan muchos de los rasgos que presenta la EAI para el abordaje ambiental, pero no está explícitamente definido como base conceptual para la EA en las propuestas docentes.

Considerando a la estrategia provincial (EPEA) que prioriza específicamente para la zona centro de la provincia de Misiones, a la que corresponde el BOP N° 53, diferentes temáticas, entre las que pueden mencionarse: impactos negativos sobre los ecosistemas por factores multicausales; degradación y pérdida de los suelos; degradación ambiental de las cuencas hidrográficas; incremento de residuos, disposición inadecuada de estos y déficit en el sistema de gestión; pérdida de biodiversidad y servicios ecosistémicos; uso inadecuado de agrotóxicos. Y, por consiguiente, las asignaturas del ciclo orientado en Agro y Ambiente que se trabajan desde el tercer año de la institución en estudio, se hacen evidentes relaciones directas entre estas temáticas, los contenidos de las asignaturas del mencionado ciclo y las actividades que se desarrollan a fin de abordarlas.

Así, mediante la investigación bibliográfica y la producción de materiales audiovisuales, las y los estudiantes dan cuenta de diversos aspectos relacionados a estos, primero en la búsqueda de información, luego en la selección, organización y presentación del contenido en videos cortos, en los cuales presentan fragmentos de sus realidades, conceptualizándolos a partir de las lecturas realizadas, además de problematizarlos en las discusiones y mediaciones recibidas en el aula por el docente.

De acuerdo con los propósitos del DCJ de Agro y Ambiente señalados inicialmente, las posibles estrategias de enseñanza que propone para el abordaje de lo ambiental y lo agropecuario acorde a los contenidos de sus asignaturas, las actividades áulicas y extra-áulicas observadas en el BOP N° 53, y las cuestiones de la EAI descritas en los puntos anteriores, es posible aseverar que la institución realiza diversos esfuerzos para diversificar el abordaje de lo ambiental y enriquecerlo para acercar diferentes frentes o cortes analíticos como lo sostiene el DCJ para dar cuenta de la complejidad de la realidad local.

Dentro de las planificaciones docentesse evidencian tanto propuestas de proyectos áulicoscomo aquellos de carácter institucional, que en el marco del PEI, proponen establecer jornadas u otros eventos en los que el colectivo institucional en vinculación con el medio externo desarrolle acciones de formación y actividades en el patio escolar, a efectos de perseguir los propósitos del BOP N° 53, en materia de enseñanza. Uno de los casos observados es el “Proyecto El Patio Escolar: un espacio agroecológico” que comprende diferentes áreas disciplinares en acciones integradas a fin de generar discusiones, investigaciones sobre temáticas ambientales y problematizar la arraigada concepción de la relación humano-naturaleza como espacio para sacar provecho, sin contemplar las demás cuestiones o efectos de tal acción.

En las aulas, los proyectos de investigación en los que trabajan estudiantes de cuarto y quinto año, el docente sugiere una temática general, a partir de la cual se determinan las problemáticas que cada equipo de trabajo se abocará a investigar. A medida que se avanza en la concreción de las diferentes etapas del proyecto (de carácter anual) se suceden numerosos debates y discusiones, en términos de contenidos de las asignaturas, situaciones de la vida real de las y los estudiantes, fenómenos y hechos a escala global y planteamientos de interrogantes (de docentes y estudiantes) que llevan a la profundización y complejización de tales proyectos de investigación.

Los trabajos prácticos son otras de las estrategias que fortalecen el aprendizaje de los y las estudiantes, porque permiten la búsqueda de información autónoma o guiada por el/la docente sobre problemáticas ambientales, generando un pensamiento crítico en la selección, organización y presentación de la información y de las fuentes utilizadas. Esta estrategia permite que los y las estudiantes puedan reconocer las relaciones existentes entre el medio en el que habitan, su cultura y las formas de apropiación de dicho espacio, así como las características de su territorio, la producción y reproducción de valores y creencias respecto a él.

Es importante destacar que, aunque las estrategias apuntan, muchas veces, a corrientes y modelos de EA distintos y determinan formas específicas de trabajo, todas son importantes y poseen potencial para el abordaje de la EAI.

A modo de conclusión

Se ha propuesto recorrer, evidenciar, describir y analizar las estrategias de enseñanza del BOP N° 53 en el marco de los recientes acontecimientos que dieron lugar a la institucionalización de la Educación Ambiental Integral, a raíz de brindar un abordaje de lo ambiental más acorde a las actuales realidades de conflictividad ambiental. Se presenta un estado de situación respecto a las vigentes dimensiones del Diseño Curricular Jurisdiccional de la Orientación Agro y Ambiente a la que pertenece dicha institución, y demás aspectos vinculados a su enseñanza. Por consiguiente, se han descrito los recientes acontecimientos que buscan instalar en la educación formal la perspectiva integral de la educación ambiental, presentando los diversos documentos y normativas oficiales que prescriben, como se dijo, las adecuaciones necesarias para pensar una educación acorde a la complejidad de los fenómenos y hechos socioambientales actuales.

El diseño curricular, como se evidencia, presenta interesantes elementos en relación con las discusiones aquí planteadas sobre las estrategias de enseñanza y la EA, así como el enfoque reciente que trae otros aspectos que complejizan las miradas sobre los fenómenos ambientales en las diversas situaciones educativas descritas. Sostenemos que pueden percibirse ciertos avances relacionados a la noción “integral” del abordaje ambiental que se realiza en el BOP N° 53, ya que lo agrario tiene una relación directamente ligada al medio en el cual se trabaja.

En este sentido, las posibilidades de abordaje de lo ambiental son ínfimas y pueden ser realizadas en todas las dimensiones que se proponen desde la EAI. No obstante, aún no se inscriben explícitamente en dicha perspectiva los procesos de enseñanza que en la mencionada institución se realizan. Más bien, se proponen acciones que llevan en sus procesos algunas variables de trabajo y análisis que se condicen con los nuevos marcos establecidos desde lo “integral”. Pensamos que, si tales acciones se inscriben abiertamente desde los fundamentos y propósitos de la EAI, los alcances de los marcos o “cortes analíticos” como lo menciona el DCJ, posibilitará una mayor complejidad al aprendizaje que se espera generar desde las estrategias de enseñanza identificadas.

Como se ha visto, los diferentes frentes de análisis así como los documentos en los cuales estos se inscriben tienen diversos alcances que no se limitan a un solo nivel del sistema educativo, ahora bien, en términos concretos, los esfuerzos por su aplicación deberán redoblarse a fin de incluir la EAI en todos y cada uno de los espacios curriculares, a fin de contextualizar y trabajar la EA independientemente del espacio, a la vez que no se responsabilice de tal acción a un solo grupo de docentes, asignaturas o estudiantes, a efecto de iniciar más tempranamente con los diálogos que propone esta nueva perspectiva.

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[1] Reconocer la complejidad del ambiente; analizar los problemas ambientales; ejercer nuestros derechos; generar un diálogo de saberes; cuidar el ambiente y la sustentabilidad de la vida.

[I] Fabián Batista Dos Santos: Licenciado en Trabajo Social (UNaM)

[II] Ramona Soledad Correa Melnichuk: Profesora Universitaria en Ciencias Agrarias (UNaM)

[III] Juliana Romina Piris: Profesora Universitaria en Ciencias Agrarias (UNaM)