“Pasión de multitudes”. Cultura e identidad de los sectores populares

Por: Clara Belen Verbis [I]

Resumen

Este trabajo pretende establecer un acercamiento a la temática historiográfica de análisis de los sectores populares del siglo XX por medio de la reseña del libro Historia social del fútbol, del amateurismo a la profesionalización (2011), escrito por Julio Frydenberg. En primer lugar, se ofrece un recorrido por este campo de estudios. El artículo continúa con la descripción de la obra, explorando cada capítulo e indagando en la metodología y las fuentes empleadas por el autor. En última instancia, se analizan los aportes de la obra a la historiografía, particularmente en lo referido a la cultura y a las identidades de los sectores populares.

Palabras claves: sectores populares, prácticas culturales, historiografía, fútbol.

El libro Historia social del fútbol, del amateurismo a la profesionalización se inscribe en la temática historiográfica de análisis de los sectores populares del siglo XX. Para realizar un breve recorrido por este campo historiográfico destacamos que a partir de 1980 se comenzó a abrir una nueva etapa en los estudios sobre la clase obrera en Argentina, que hasta el momento había estado ausente. Los temas de estudios iban desde la importancia del lugar de trabajo y la experiencia de las clases obreras hasta el rol del Estado, centrando su atención en aspectos sociales y culturales, aunque sin dejar de lado las esferas políticas y económicas, juntamente con una reinterpretación de estos aspectos mencionados.

En una primera etapa, los investigadores argentinos utilizaban el concepto de “clase obrera”, un concepto más tradicional, que permitía identificar, mediante el análisis de estadísticas y censos, cuántos trabajadores existían, en qué rama se ubicaban o cómo se dividían según sus ingresos y producciones, entre otros aspectos. 

Luego comenzó a utilizarse la noción de “clase subalterna”, que, frente la rigidez que ofrecía la de “clase obrera”, logró ampliar el análisis a los ámbitos más allá del trabajo. Prontamente, los investigadores se ocuparon de defender el concepto de “sectores populares”, dado que consideraban que su uso permitía incorporar a miembros de la clase media. A pesar de recibir críticas que señalaban la “inconsistencia” del término, los investigadores enfatizaban en la importancia de la utilización del concepto para lograr una descentralización del ámbito restringido del trabajo y extender el análisis a otras esferas de sociabilidad y de la vida cotidiana en territorios como la Ciudad de Buenos Aires y su periferia.

En este marco, el libro elegido se ubica en una dirección similar a la de los estudios que, entre otras cosas, centraban el interés en las condiciones de existencia material de los trabajadores (Suriano, 2006, p. 292), desplazando el centro de la fábrica a las experiencias fuera del lugar de trabajo. Así, la investigación de Frydenberg se corre de la centralidad de las fábricas al analizar la cultura de los sectores populares del siglo XX, aunque la historiografía profesional casi no ha tenido en cuenta al fútbol para el análisis de estos sectores (Frydenberg, 2011, p.15). Este libro, con una mirada más amplia, centra su atención en los espacios urbanos.

Dentro de los objetivos de este tipo de estudios se ubica, por ejemplo, la interpretación del proceso de conformación de las identidades obreras apuntando al conjunto de los trabajadores. Suelen examinarse las condiciones de vida a través del análisis de la alimentación, la vivienda, la salud y el uso del tiempo libre. Tal es el caso del libro aquí reseñado, donde el autor indaga en cómo los sectores populares ocupaban ese tiempo libre en reunirse y jugar al fútbol, adentrándose en los horizontes sobre los lenguajes, las prácticas de ocio, la sociabilidad, los espacios y entretenimiento de las clases populares, mediante la asistencia a un espectáculo deportivo como el fútbol.

Uno de los primeros en explorar estas temáticas fue Leandro Gutiérrez, identificado con trabajos de historiadores marxistas británicos, quien retomó la necesidad de estudiar aspectos menos notables, pero “sustantivos” para los trabajadores, con el objetivo de comprender cómo se conformaba la clase obrera argentina (Suriano, 2006, p. 293). Este tipo de estudios, así como los análisis sobre la vivienda y sus problemáticas en este período, aportaron su visión al campo de la historia de los trabajadores, ensanchando el universo al desentrañar las diversas tramas de sociabilidad.

El libro Historia social del fútbol, del amateurismo al profesionalismo,de Julio Frydenberg, fruto de su tesis doctoral, se basa en la hipótesis de que el fútbol, como práctica deportiva y espectáculo, es un punto de partida ideal para lograr comprender los hábitos, sentimientos y valores de los sectores populares durante las tres primeras décadas del siglo XX, y permite ahondar en la cultura y su evolución por el lugar que ocupa en la construcción de las identidades colectivas. El objetivo central del autor es incorporar el mundo del fútbol en sus diferentes dimensiones y niveles a la percepción actual de la cultura y vida de los sectores populares, en este período del siglo XX en la Ciudad de Buenos Aires.

El historiador divide su trabajo en dos partes, con un total de diez capítulos. La primera, centrada en la primera década y media del siglo XX, abarca la llegada del deporte al país por medio de los británicos y los inicios del fútbol, y plantea el nacimiento del espectáculo futbolístico y su popularización, concentrándose en la difusión y la adopción del fútbol por algunas instituciones sociales. Además, profundiza en cómo los nuevos futbolistas intentaron crear sus espacios de juego, vinculándose con el espacio urbano.

En la segunda parte, el autor analiza algunos de los impactos sociales que tuvo el fútbol en los años veinte, las relaciones entre el fútbol y el rápido desarrollo urbano y la difusión del deporte, tomando como ejes el desarrollo de las identidades barriales y del deporte como espectáculo masivo, sumando la participación de los medios de comunicación, el crecimiento de las instituciones y el rol de actores fundamentales, los jugadores y el público. 

En su investigación, Frydenberg realiza una exhaustiva utilización de fuentes, las principales fueron los diarios y revistas de la época estudiada, entre los que se destacan La Nación, La Prensa, El Diario y Caras y Caretas. Como fuente privilegiada sobresale el periódico La Argentina,actor protagónico en el proceso de popularización del fútbol en los primeros años del siglo XX, que no solo brindó información, sino que también fue parte del proceso, reforzando elementos, como, por ejemplo, las rivalidades. Por su parte, para indagar el período que va después de 1908 y dentro de las ligas no oficiales, el periódico Última Hora aportó información sobre partidos, jugadores y el crecimiento de la actividad. Para el período de la década del veinte, ofrecieron extensa información el diario Crítica y las revistas El Gráfico y La Cancha, con el aporte de entrevistas y anécdotas relacionadas con el tema en cuestión.

Para indagar el avance del fútbol en diversas instituciones, como la política y la iglesia, el autor examinó en la prensa comunista y socialista y en revistas, publicaciones de la Orden de los Salesianos. Las guías metodológicas de la actividad física del Ejército Argentino y la revista El Monitor de la Educación Común fueron útiles para el estudio sobre la evolución del deporte en la escuela pública. Para esta obra se analizaron, además, memorias y balances de algunos clubes, censos y planos del Instituto Histórico de la Ciudad de Buenos Aires.

Dentro de las fuentes secundarias, el autor se adentra en la historia memorística de Buenos Aires y sus barrios, la historia de los clubes, algunas autobiografías o biografías de dirigentes y jugadores, fuentes que le permitieron profundizar en las vivencias de estos actores protagonistas en el mundo del fútbol. La historia estadística del fútbol amateur y profesional también fue parte del repertorio de fuentes utilizadas.

Ahora bien, como mencionamos, el libro está estructurado en dos secciones que abarcan dos grandes ejes, con una base cronológica, la práctica del fútbol y el espectáculo y sus actores. Estos ejes permiten visualizar cómo, en los primeros años del siglo XX, el fútbol es un fenómeno pequeño con unos pocos equipos, mientras que para los años veinte se produce una amplia masificación, es decir, se populariza; por lo que resulta necesario indagar cómo se constituye el espectáculo y cuáles son los elementos necesarios para que esto ocurra. Así, el autor parte de una introducción donde presenta la temática de estudio, sus problemas e interrogantes; sitúa su perspectiva, en términos historiográficos, y detalla las fuentes utilizadas. 

La primera sección, compuesta de cinco capítulos, inicia con la introducción del fútbol al país hacia mediados del siglo XIX por parte de las comunidades británicas. Se remarca que la figura del sportsman marcaba los parámetros morales, los cuales eran detallados en los periódicos de la época. La práctica se traslada a otros grupos sociales propiciando la aparición del fútbol oficial con la creación de la association y sus miembros comenzaban a mezclarse con miembros de la élite local. Por otra parte, en los primeros años del siglo XX, la oferta de ocio y entretenimiento en la ciudad posibilitó el encuentro de grupos sociales heterogéneos. Los periódicos, por su parte, escribían sobre los partidos, comenzando así la incipiente difusión. En este período tiene lugar el surgimiento del proto espectáculo, con reuniones sociales y de camaradería en las canchas. De este modo, el espectáculo futbolístico fue en la primera década del siglo XX un evento y actividad de la alta sociedad, pero aun así terminó por concentrar grupos sociales diversos.

En el segundo capítulo se pone de manifiesto cómo los miembros de la élite criolla, que no podían entrar en los clubes ingleses, optaron por conformar sus propios equipos-clubs. Prontamente se gestó un espacio ocupado por nuevos participantes y el “fútbol aficionado”. La mayoría de los jóvenes de los sectores populares anhelaban formar parte de este universo, ponerle el nombre a su equipo, elegir los colores y símbolos que los identificaba y los convertía en jugadores-socio-dirigente de un club. Serán estos mismos jóvenes los que iniciarán lo que el autor denomina una “militancia futbolera”, que consistía en organizarse para participar de todo lo referido a la actividad.

En el capítulo tres el autor focaliza el análisis de las prácticas y valores del fútbol, donde se registra una serie de conductas y códigos, siendo los jóvenes de los sectores populares los que redefinieron el concepto de rivalidad y honor a partir de nociones de guapeza y hombría, que hacía que se convirtiera en una actividad dotada de un peso y una enorme carga emocional, donde el componente de la rivalidad-enemistad primaba como un constante del fenómeno futbolístico. En esta práctica, que se tornó cada vez más competitiva, ser un hombre de honor quedó asociado al triunfo deportivo, por lo que la derrota era considerada una vergüenza, nociones adquiridas en la sociabilidad del café, las calles, el tango y las esquinas del barrio que formaban parte del escenario de la vida porteña y la masculinidad. A pesar de ser hijos de inmigrantes, estos jóvenes propiciaban la creación de un estilo cultural, deseaban formar parte de esta moda del fútbol y la identidad porteña. En este sentido, el autor destaca que el fútbol realizó su aporte al proceso de argentinización de los sectores populares. 

El siguiente capítulo describe las dificultades que tenían los jugadores aficionados para encontrar o poseer un terreno apto para jugar, a lo que se sumaba, en algunos casos, el inconveniente de tener que trasladarse a vecindarios alejados para jugar. Además, se desarrollan otros temas de interés como los cambios urbanos ocurridos, el crecimiento poblacional, los asentamientos en los vecindarios periféricos y la ampliación de obras públicas.

En el último capítulo de esta primera parte el autor pone el foco en la difusión de la práctica del fútbol hacia el conjunto de las instituciones sociales. El interés por el fútbol se difundió al Ejército Argentino, la Iglesia católica y algunas empresas incentivaban a sus trabajadores a la práctica; mientras, si bien con cierta resistencia, comenzaron a participar de las ligas independientes los jóvenes que simpatizaban con las ideas socialistas y anarquistas. El autor remarca el crecimiento del espectáculo futbolístico para el año 1910, que iba de la mano del crecimiento de los clubes, la división de la liga oficial en dos organizaciones paralelas, ampliando la democracia y participación. Asimismo, Frydenberg destaca la importancia de la prensa. En este sentido, señala que uno de los cambios más significativos en esta etapa fue que los periódicos dedicaban cada vez más espacio al fútbol, lo que denotaba su popularización.

Comenzando la segunda parte, en el capítulo seis se pone en primera línea que el fútbol en la década de 1920 pasa de ser una moda a integrar la vida cotidiana de casi todas las instituciones sociales y corporaciones. Simultáneamente, el espectáculo fue enriqueciéndose y ampliándose, junto al crecimiento de la ciudad, con la edificación de los barrios porteños. El autor centra su atención en el proceso de formación de las identidades barriales, partiendo de la hipótesis de que el fútbol fue un elemento central en este proceso, además de incorporar el concepto de “ritual” del espectáculo. Así, Frydenberg indaga en el auge del hinchismo y los medios de comunicación, que continuaron visibilizando la práctica y, a la vez, influyendo sobre la cristalización de las identidades barriales. En el capítulo siguiente, el historiador pone de manifiesto los cambios producidos en las instituciones del fútbol oficial, las ligas y los clubes, sumado a las nuevas actividades tanto deportivas como sociales de los clubes. Por último, explora sobre las “barras” como tema en constante debate.

El octavo capítulo está centrado en los jugadores que, para la década de 1920, fueron adquiriendo reconocimiento y, en algunos casos, viviendo experiencias de ascenso social hasta convertirse en astros populares (construcción muchas veces periodística), con la posibilidad de contrato y profesionalización. Otro protagonista principal es el público, que es abordado en el anteúltimo capítulo. Frydenberg se introduce en este público del espectáculo futbolístico y destaca que los hinchas se fueron transformando en actores capaces de plantear exigencias e influir en el resultado, en algunos casos con violencia, reclamando lo que consideraban injusto y mancillaba su honor. Se ilustra en este capítulo cómo los hinchas acudían a las canchas en grandes grupos, con banderas, adueñándose de las calles porteñas como un fenómeno social.

En el último capítulo, el autor describe que la vida y la cultura de los sectores populares fueron tejiéndose, entre otras cosas, con el fútbol, y complementándose con las representaciones que la prensa construyó sobre el estilo de juego nacional. Por su parte, al fútbol se le adicionan elementos de la calle y los cafés asociados a la rivalidad y el honor. La identidad barrial conformada sobre el formato del fútbol implicaba vivir la rivalidad en ambas esferas. Así, el barrio fue escenario de los procesos simultáneos de ascenso y homogeneización social y cultural.

Finalmente, el epílogo ofrece un resumen y reflexión sobre la investigación, además de proponer algunas posibles líneas de investigación a futuro extendiendo el análisis en las siguientes etapas del siglo XX.

Reflexiones finales

Para concluir, se considera que el libro que aquí se reseña, Historia social del fútbol…, constituye un aporte sumamente interesante a la historiografía y la temática tratada. La elección del fútbol como punto de partida para ahondar en la cultura de los sectores populares de la Ciudad de Buenos Aires resulta una línea provechosa para avanzar sobre este y otros interrogantes e investigaciones. Asimismo, se considera relevante la vinculación que realiza el autor entre el fútbol y el espacio urbano, mostrando la afinidad con la identidad colectiva constituida en torno a los barrios porteños y su desarrollo. Así, el autor logra insertarse en un contexto más amplio de la sociedad porteña mediante un notable trabajo de archivo, logrando dar historicidad y abordar la problemática de un tema central de la cultura porteña y a nivel nacional como es el fenómeno futbolístico.

Referencias bibliográficas

Frydenberg, J. (2011).Historia social del fútbol, del amateurismo a la profesionalización.  Buenos Aires: Siglo XXI.

Suriano, J. (2006). Los dilemas de la historia de los trabajadores. En Gelman, J. La historia económica Argentina en la encrucijada: balances y perspectivas. Buenos Aires: Prometeo Libros, pp. 285-306.

[I] Clara Belén Verbis: Estudiante de la Licenciatura en Historia (UNQ).