Mi padre esperó toda su vida en vano a que nos devolvieran lo nuestro. En su lecho de muerte me dijo que antes de que yo muriera vendría otro cartógrafo a devolver el Meridiano a su sitio, el único posible: aquí. Siempre he estado seguro de que así sería, porque mi padre no mentía nunca. Pero ahora que está usted aquí, es cartógrafo y viene precisamente con la misión de establecer un cero, estoy más convencido si cabe. Son muchas coincidencias. ¿No le parece? José Miguel Bel
Resumen
En este trabajo abordamos el proceso técnico que llevó al trazado del meridiano 5° de Buenos Aires, cuya función consiste en la delimitación política de esta provincia con las de La Pampa, Córdoba y Río Negro. La necesidad de delimitar formalmente las provincias en el contexto de consolidación del Estado argentino a fines del siglo XIX llevó a la adopción de un meridiano de origen propio, ya que si bien en 1884 se estableció como meridiano origen mundial al de Greenwich, este no fue incorporado por todas las instituciones de manera inmediata.
La adopción de esta línea imaginaria local ha provocado controversias, entre otras cosas, debido a la falta de precisión en su trazado y demarcación y a la ausencia de datos acerca de la ubicación real del meridiano de origen de Buenos Aires. Esto llevó a que se pusiera en tela de juicio por dónde pasaba exactamente el límite interprovincial. Cabe destacar que el meridiano no solo delimitaba los territorios de la Nación de los que pertenecen a la provincia, sino también los límites o líneas divisorias de los lotes entregados para la colonización de las tierras incorporadas luego de la Campaña del Desierto.
Palabras claves: límite, provincia de Buenos Aires, meridiano 5°.
Introducción
El mapa político actual de la República Argentina suele presentarse como una imagen estática, carente de conflictos (Palacios, 1983; Magnoli, 1997; Lois, 2012; Bressan, 2020). La imagen cartográfica que los argentinos tenemos actualmente ha atravesado procesos de cambio que es necesario (re)construir para comprender su configuración actual (Bressan, 2020).
Esto que en principio es válido para los mapas que representan el territorio nacional también puede verse en los territorios provinciales. Así, por ejemplo, los procesos de construcción de los Estados provinciales han sido estudiados por Raquel Bressan (2020), quien sostiene que para el caso correntino en 1882 la cuestión limítrofe de esta provincia se resolvió a partir de
un nuevo proyecto de ley que fijó como límite oriental de Corrientes el río Uruguay y los arroyos Chimirai y Pindapoi y la línea más directa que los uniese (CN, 1882, sesión del 16-9-1881). De esta forma se le reconocía a la provincia la mayoría de los territorios que había anexado desde 1840 y establecía como territorios nacionales la región de las Misiones orientales disputadas con Brasil (p. 168).
El caso de la provincia de Santa Fe fue investigado por Dócola, Geremía, Payró, Puig (2008), quienes analizaron la construcción simbólica de la “bota” a partir de distintos planos y mapas, como el de Chapeaurouge (1872) y el de Nicolás Grondona (1876), y afirmaron que:
Los discursos gráficos seleccionados sostienen la construcción de una historia oficial sin disputas. Solo Chapeaurouge nombra las pretensiones territoriales de cada provincia, solo Grondona reparte territorios del territorio mayor de la Nación, el resto manipula la provincia como un todo aislado (p 83).
Para el caso de la ciudad de Buenos Aires, Favelukes (2021) ha destacado la importancia de la cartografía resaltando que, aunque se utilizó el plano topográfico para la realización de planos, a medida que se modificaron las ideas de soberanía, Estado y sociedad, los emprendimientos de mensura y dibujo de la ciudad adquirieron significados diferentes, además de que cambiaron sus roles.
En la provincia de Buenos Aires, la forma de apropiación del territorio rural estuvo caracterizada por la presencia de grandes propiedades. Esto demoró el proceso de colonización debido a las dificultades que exhibían pequeños y medianos productores para acceder a la tierra (Pesoa Marcilla, 2016).
Estas investigaciones evidencian los procesos conflictivos y problemáticos vinculados a la conformación de los límites territoriales interestatales y ayudan a desnaturalizar el mapa tal como lo conocemos.
El establecimiento de los límites interprovinciales se dio en un contexto de fronteras abiertas, basado en la capacidad para poblar y custodiar el territorio bajo jurisdicción, lo que provocó procesos conflictivos (Bressan, 2020), que en algunos casos perduran hasta la actualidad.
En este artículo se aborda, en primer lugar, la historia del agrimensor Juan Pirovano, quien fue el encargado de la demarcación y amojonamiento del límite oeste de la provincia de Buenos Aires. Se analiza su formación, su actividad académica, las causas y los términos legales de contratación. En segundo lugar, se hace referencia al conflicto vinculado al reparto de tierras entre la provincia de Buenos Aires y el territorio nacional de La Pampa como consecuencia del trazado del límite conocido como meridiano 5°. Asimismo, analizamos los cuestionamientos respecto a la medición de dicho meridiano, a raíz de la falta de datos y de precisión de los instrumentos utilizados en la demarcación, que dieron como resultado una delimitación de tierras favorable para la provincia de Buenos Aires. Es importante aclarar que, a pesar de los supuestos errores cometidos, el meridiano 5° se mantiene como límite reconocido hasta la actualidad.
La contratación del experto
En las regiones desiertas, el agrimensor que primero mide, coloca sus mojones sin más control que sus propios cálculos, basados en indicaciones geográficas algo vagas y, a veces, en datos oficiales más vagos, todavía. Su mensura correcta o no, una vez aprobada será, durante muchos años, artículo de fe, y como tal, base tanto más inquebrantable de todas las que sigan, cuanto más errónea sea (Daireaux ,1903).
(Pesoa Marcilla, 2016, p. 410)
La incorporación de Buenos Aires al Estado nacional planteó a la provincia la necesidad de encarar seriamente el problema de las fronteras (Cacopardo, 1967). El Congreso nacional sancionó en 1862 la Ley 28 que estableció en el artículo 1.º que los territorios fuera de los límites o posesiones de las provincias son nacionales aunque hubiesen sido enajenados por los gobiernos provinciales desde el 1 de mayo de 1853. En el artículo 3.º se intimó a los gobiernos provinciales a que informasen los datos necesarios para fijar los límites de sus respectivas provincias. Por consiguiente, la provincia bonaerense debió establecer sus fronteras.
La incorporación de tierras a partir del avance de la frontera requirió la determinación en el terreno de las líneas generales exteriores, o sea, las correspondientes a los grados de latitud y longitud, para posteriormente proceder a la mensura y fraccionamiento de las tierras que, luego, serían vendidas con el fin de poblar y colonizar los nuevos territorios. La demarcación de los límites interprovinciales constituyó una empresa nacional con aportes de las provincias a partir de la venta de las tierras incorporadas gracias al avance de la frontera. Por ejemplo, la Ley 947, en sus artículos 2.º y 4.º, agrega que los gastos provocados por las tareas de demarcación y delimitación de los territorios provinciales serán cubiertos con la venta de tierras públicas nacionales y lo obtenido a partir de las tierras públicas que las provincias cedan de las que se les adjudican por esta ley. Estas tierras serán enajenadas en la misma forma que las nacionales, sin afectar la jurisdicción provincial y los derechos adquiridos por particulares.
En el caso de la demarcación del límite oeste de la provincia de Buenos Aires la tarea se le encomendó al ingeniero Juan Pirovano, quien el 26 de octubre de 1880 firmó el contrato para realizar esta obra, con el director del Departamento de Ingenieros Nacionales[1]Guillermo White (1844-1926), quien participó como representante del Ministro de Hacienda (figura 1).
Figura 1.Copia del contrato firmado por el ingeniero Pirovano. Recuperada de https://www.cpa.org.ar/
Pirovano nació en Buenos Aires en 1847. Desde muy joven se convirtió en agrimensor de la provincia de Entre Ríos. Revalidó su título el 30 de diciembre de 1873 ante las autoridades del Departamento Topográfico[2] de Buenos Aires e ingresó de inmediato al Departamento de Ciencias Exactas de la universidad.
El 4 de agosto de 1874 el Departamento Topográfico de Entre Ríos le reconoció el título de Agrimensor Público de la provincia a pesar de que se había recibido en 1867. Probablemente, esta demora obedeció a dificultades que este organismo enfrentó durante esa etapa, producto de la falta de empleados y al contexto de la Guerra con el Paraguay. A partir de 1870 comienza una etapa de consolidación del Departamento Topográfico (Mazzitelli Mastricchio, 2018), lo que posibilitó el reconocimiento del título de Pirovano.
Su tesis le permitió obtener el diploma de Ingeniero Civil en 1878. A partir de allí ocupó cargos importantes dentro de la esfera científica: en la Universidad de Buenos Aires ocupó el cargo de docente del Departamento de Ciencias Exactas; fue designado miembro titular académico de la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas; fue socio fundador del Centro Nacional de Ingenieros, y catedrático de Topografía y Geodesia en 1885. En 1887 fue nombrado jefe de la Sección de Obras Hidráulicas del Ministerio de Obras Públicas (figura 2). A pesar de todos estos cargos en instituciones científicas, la obra de mayor envergadura que realizó, debido a su importancia y trascendencia, fue el trazado del límite oeste de la provincia de Buenos Aires, conocido como meridiano 5°.
Figura 2.Copia del nombramiento en Obras Hidráulicas. Recuperada de https://www.cpa.org.ar/
El objetivo era trazar la línea divisoria 5° al oeste de Buenos Aires, es decir, 550 kilómetros hacia el oeste, delimitándolo con el territorio de La Pampa y del sur de la provincia de Córdoba, la línea tendría una longitud del orden de los 700 kilómetros.
A fines de 1880 se comenzó con las tareas de determinación de la latitud de Trenque Lauquen, que dio como resultado el valor de 35°57´58´´ de latitud sur. El punto de referencia se fijó en la quinta del señor General Conrado Villegas. La elección de colocar el punto de referencia en ese sitio se debió a la falta de arboleda en dirección oeste, lo que favoreció enormemente a la medición, ya que permitió visualizar las estaciones de la mensura.
Un año más tarde, el 21 de enero de 1881 se dio comienzo a la traza hacia el norte hasta encontrar el paralelo de 35° de latitud sur. De la intersección de estas dos líneas geográficas se dio principio a la mensura del meridiano 5°, en dirección sur.
Pirovano debió amojonar cada 10.000 metros la línea del meridiano. Los mojones estaban construidos en madera de pinotea de 60 centímetros de largo y numerados en chapas. Esta técnica de demarcación no era segura, el material utilizado era factible de perderse y pudrirse, lo que podía provocar dificultades a futuro sobre la traza del límite, ya que no se encontraría la materialización sobre el terreno.
La materialidad de los mojones era un problema conocido en la época, tal como planteaba el escritor Daireaux en 1903:
El mojón, oficialmente colocado, estaquita de madera blanca, con chapa de lata numerada, que se pudre y se pierde, o poste de ñandubay, con que los boleadores hacen fuego, o simple hoyo en la tierra, que las vacas y el viento vuelven a tapar, tendrá que ser respetado, si se encuentra, aunque esté equivocado su sitio, como si hubiera sido realmente puesto y consagrado por el mismo dios Término (Daireaux, 1903) (Pesoa Marcilla, 2016, p. 410).
Quedó, de esta forma, fijado sobre el terreno el meridiano 5° oeste de Buenos Aires, cuyo trazado fue aprobado por el Poder Ejecutivo Nacional, según decreto de 17 de febrero de 1882; así, fueron delimitados los territorios nacionales, linderos a la provincia de Buenos Aires por su sector oeste[3] (figura 3).
A pesar de las controversias que originó, el trazado del meridiano 5° fue una operación técnica que implicó importantes avances en los trabajos de mensura, ya que durante medio siglo sirvió de base para todos los trabajos geodésicos y topográficos de la zona.
Figura 3. Copia del mapa de triangulación realizado por Pirovano del Meridiano 5°[4]
El problema está en el origen: ¿dónde está el meridiano 0°?
Con posterioridad a la aprobación del trabajo realizado por Pirovano, debido a la necesidad de continuar con la fijación de límites interprovinciales, el ingeniero Norberto Cobos (1865-1959) fue contratado por el gobierno nacional para verificar la traza del meridiano 10°, que separa las provincias de Mendoza-La Pampa y Neuquén-Río Negro. Durante su trabajo, llegó a la conclusión de que la línea trazada por Pirovano, conocida como meridiano 5°, pasa a 418,35 metros al oeste del “verdadero” meridiano 5° oeste de la Capital de la República. Para arribar a este resultado, Cobos calculó la distancia existente entre el meridiano 65° 05´41´´ 20, por él determinado, y el meridiano 5°. Es decir, Cobos puso en duda el trabajo de medición realizado por Pirovano, ya que argumentó que el meridiano 5° se encontraba desplazado hacia el oeste.
Es importante recordar que los agrimensores, entre sus variadas funciones, debían dejar anotado en un acta la posición de los mojones, el punto de arranque y la variación de la aguja (Mazzitelli Mastricchio, 2018). Sin embargo, entre las causas que generaron este supuesto error de cálculo podría mencionarse la falta de precisión del material técnico utilizado. Otro de los motivos es que en muchos casos las marcas sobre el terreno donde se realizaban las observaciones astronómicas, no perduraban o no se dejaban. Tal es el caso del meridiano 0º de Buenos Aires (Manzano, 2019).
Cabe destacar que uno de los problemas que acarreó no encontrar el punto de arranque del meridiano 0° era la ubicación en el terreno de los meridiano 5° y 10° oeste de la Capital Federal (señalados por la Ley 1532 como límites del territorio nacional de La Pampa). Efectivamente, había un desconocimiento en la ubicación exacta del punto de arranque: se cree que fue fijado en la Plaza de Mayo o en sus inmediaciones, tal como la antigua Casa de Correos que funcionó en una parte de la Casa de Gobierno; y en otros casos se asegura que se ubicó en la Aduana Vieja[5] (IGM, 1957). La polémica sobre el punto de arranque del meridiano llevó a que en 1907 se sancionara la Ley 5217, que declaró inamovibles los trazados realizados entre los años 1881/82 en los meridianos 5° y 10° de la provincia de Buenos Aires, los cuales, según Cobos, habían sido erróneamente demarcados en el terreno y no era posible establecer con precisión a qué lugar correspondía el origen del meridiano 0°. Efectivamente, la ley desestimó el reclamo técnico hecho por el ingeniero Cobos.
El cambio en el trazado de estas líneas, de haberse efectuado, hubiera afectado los lotes de tierras públicas enajenados y entregados para su ocupación efectiva por parte de familias de colonos. Cabe destacar que en el período comprendido entre 1879 y 1884, el gobierno nacional entregó tierras siguiendo un sistema de subdivisión del territorio, basándose en una cuadriculada indiferenciada, utilizando un módulo único, “el lote”, formando secciones y fracciones, agrupados en el sentido de paralelos y meridianos en la mayor parte del área en cuestión. El Departamento de Ingenieros realizó las mensuras definitivas. El agrimensor Pirovano participó en la elaboración de los planos de la sección segunda, aprobada en 1881. En las demás secciones (tercera, cuarta y quinta), los planos fueron realizados en 1885 a partir del trabajo de agrimensores como Adolfo Sourdeaux (1819-1883) y Joaquín Cascallar (1843-1906) (Vitalone, 2013).
Si nos basamos en los cálculos del ingeniero Cobos, la provincia de Buenos Aires se vio beneficiada en 20.200 hectáreas que fueron parceladas y vendidas con el objetivo de poblar esas tierras. En contrapartida, el territorio de La Pampa se vio perjudicado en la demarcación de sus límites en relación con Buenos Aires, Córdoba, San Luis y Mendoza. No obstante, según advierte el IGM (1957), el Poder Ejecutivo nacional, con apoyo del Poder Legislativo, ratificó los límites establecidos en 1881, por consiguiente, la línea conocida como meridiano 5°. De manera tal que el trazado del meridiano 5° se consolidó, a pesar de los cuestionamientos, como el límite oeste de la provincia de Buenos Aires.
En consecuencia, hay que destacar que la política y la ciencia son de suma importancia a la hora de tomar decisiones vinculadas al proceso de producción cartográfica. No dependen únicamente de cuestiones científicas y técnicas (Mazzitelli Mastricchio, 2012). Así como Mazzitelli Mastricchio (2012) lo sostiene para los proyectos cartográficos del siglo XX encarados por el IGM, en la medición del meridiano 5° también puede rastrearse la relación que existe entre el saber cartográfico y la política.
No obstante, a pesar de la legalidad que le otorgó la sanción de la Ley 5217 y que puso fin a la discusión técnica, lo cierto es que aún resta saber con precisión dónde está el punto de arranque desde donde se midió el meridiano 5°.
Conclusiones
En la conformación del Estado nacional, la delimitación territorial representaba una urgencia. En ese contexto, la determinación de los límites interprovinciales constituyó una tarea encarada por el Estado nacional teniendo como uno de sus objetivos asegurar su consolidación y lograr la construcción del mapa territorial.
La demarcación de los límites entre provincias y territorios nacionales requirió de la tarea de técnicos y agrimensores. En el caso del límite oeste de la provincia de Buenos Aires, el experto contratado fue el ingeniero agrimensor Juan Pirovano.
Las controversias suscitadas respecto de la precisión del trazado del denominado meridiano 5°, que establece el límite entre las provincias de Buenos Aires y La Pampa, no fueron escuchadas por el Estado nacional[6]. A pesar de los sucesivos reclamos por parte de algunas provincias, basados en las conclusiones de distintas comisiones técnicas, se ratificó la línea demarcada por Pirovano.
La polémica en torno a la ubicación precisa del punto de arranque para la posterior medición y trazado del meridiano 5° fue superada a partir de la legalidad que le otorgó la sanción de la Ley 5217, que puso fin a la discusión técnica. Frente a esta situación, provincia y nación decidieron, en leyes posteriores, referidas a límites, omitir las graduaciones correspondientes a los meridianos y paralelos.
Finalmente, la excomisión técnica de límites interprovinciales, creada por la Ley 12251, advirtió en 1937 que las longitudes geográficas consignadas no eran invariables. Podían verse modificadas cuando se procediera a la compensación de las cadenas de triangulación del país, ajustándolas alrededor de un centro geodésico-astronómico inamovible[7]. Con estos argumentos, se dieron por terminados una serie de conflictos vinculados a las divisiones territoriales utilizando límites geodésicos.
A pesar de los cuestionamientos realizados al trazado del meridiano 5°, cabe destacar la importancia y magnitud de la empresa llevada a cabo por el ingeniero Pirovano. Las dificultades técnicas no impiden reconocer la inmensa tarea realizada, que constituyó la base de importantes trabajos geodésicos y topográficos posteriores.
Bibliografía
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Cacopardo, M. C. (1967). República Argentina. Cambios en los límites nacionales, provinciales y departamentales a través de los Censos Nacionales de población. Publicación de la serie Población y Sociedad, Nº 47, Buenos Aires.
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Vitalone, C. (2013), Cuadrículas en la organización del territorio bonaerense del Siglo XIX. Archivo Histórico de la provincia de Buenos Aires.
Otras fuentes
Consejo General de Agrimensura de la provincia de Buenos Aires. Boletín institucional N°109 (abril de 2004). Disponible en https://silo.tips/download/pagina-web-del-cpa
IGM (1957) Límites de la provincia de La Pampa. Estudios y conclusiones. Buenos Aires.
Ley 28 (1862). Ley declarando nacionales los territorios fuera de los límites de las provincias.
Ley 947 (1878). De distribución de la tierra.
Ley 1532 (1884). Organización de los territorios nacionales.
Ley 5217 (1907). Provincia de Mendoza y La Pampa central – Establecimiento de límites.
Ley 12251 (1935). Comisión Nacional de límites interprovinciales.
Provincia de Buenos Aires. Ministerio de Obras y Servicios públicos. Dirección de Geodesia. Trazado del Meridiano 5°
[1] Por decreto del 19 de abril se creó el DI (Departamento de Ingenieros), que asumió las funciones del anterior DT (Departamento Topográfico) (D’Agostino, 2012), teniendo como nuevo hito en su desarrollo el 28 de agosto de 1885, cuando se promulgó la ley por la cual se creaba el Ministerio de Obras Públicas (MOP). Dependían de este último el DI, el Consejo de Higiene, el Museo, la Biblioteca, el Observatorio Astronómico, la Escuela de Santa Catalina y la Escuela de Artes y Oficios. En 1913 se suprimió el DI, fue reemplazado en sus funciones por una Sección de Geodesia (1913), convertida en Dirección General de Tierras y Geodesia más tarde, y una Dirección de Hidráulica, Puentes y Caminos (1915), que también fue reestructurada como Dirección de Hidráulica y Perforaciones (DH), mientras que Puentes y Caminos se constituía también en Dirección (D’Agostino y Banzato, 2015, p. 3).
[2] El DT desde 1861 revalidaba los títulos de los agrimensores que habían estudiado en el extranjero y tomaba exámenes a los nuevos ingresantes. El examen teórico que se impuso a partir de entonces tenía una duración de dos horas, aproximadamente, y requería para su aprobación contar con conocimientos en: aritmética; álgebra; geometría elemental y analítica; trigonometría rectilínea y esférica; proyección de planos y cálculo de superficies por medio de coordenadas de todos sus puntos; subdivisión de terrenos analítica y gráficamente; nivelación (Mazzitelli Mastricchio, 2016, p. 100).
[3]La longitud total del meridiano 5° medida y amojonada hasta la orilla de la pequeña barranca de la margen norte del Río Negro es de 630.576 metros con 40 centímetros.
[4] Agradecimiento al Archivo del Departamento de Investigación Histórica y Cartográfica de la Dirección de Geodesia de la provincia de Buenos Aires.
[5]En este caso, habría que determinar si se trata del edificio que ocupaba el lugar donde hoy está el Ministerio de Hacienda o el que se encontraba en el hemiciclo que estuvo ubicado donde se encontraba el monumento a Colón (hoy monumento a Juana Azurduy).
[6] El IGM, al respecto, sugirió no hablar de meridiano oeste de Buenos Aires, ya que carece de sentido científico, y catalogó de improcedente hablar de latitud y longitud para fijar límites entre provincias, ya que se corre el riesgo de tener que modificar los valores geográficos.
[7] Observatorio Astronómico de Córdoba.
[I] Lilian Carolina Sosa: Profesora de Historia y Geografía.